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Enrique Veganzones . 

Madrid, Spain, 1965 . 

www.veganzones.com

Artist in Residence 2018.

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Enrique Veganzones holds an MA in Fine Arts (Painting), from Universidad Complutense de Madrid (1997) and a Diploma of Advanced Studies from the School of Philosophy of Universidad de Murcia (2007).

His work has focused on painting, and has exhibited since 2001 in Spain and Germany: Galería Edurne (Madrid, 2001, 2004 y 2007), Galería Art Nueve (Murcia, 2005), Fundación Las Edades del Hombre (Valladolid, 2007), Fundación Santa María de Albarracín (Teruel, 2009), Museum of Modern Art (Hünfeld, 2009), and the Universidad Autónoma de Madrid (project tribute to Alberti, 2017), among many other exhibitions.

His work has been awarded in competitions like XXXVII Premio de Fuente Álamo (Murcia, 2009) and the XXVII Bienal Eusebio Sempere (Onil, Alicante, 2018), and shortlisted in the XXIV Premio de Artes Plásticas Ciudad de Castellón (2018).

 

My purpose in painting is to create works which are not evident. It is true that they appear with no ambiguity in its elements, clearly exposed in front of you, nothing to hide. But, at the same time, in a sincere exhibition of limited resources and control of gesture, in a composition in which the grid takes over, in this evidence of what we see is just what is shown, there lays something demanding a different type of perception.

The brushstrokes, repeatedly arranged inside rectangular cells, refer to life, pulse and breathing. We all move within structured frameworks, but a hand never applies the same amount of paint. A hand trembles, and at times, goes wrong. We breath, but never the same oxygen intake. A heart beats, but its rhythm is determined by emotions, thoughts and physical constraints. This is why we all vibrate. This is the vibration of my work following rhythms that evade automatism and control.

What could all things be made, and not only those related to art, but of time? Time has been slowly taking over the image in a sluggish settling over the linen, and has distilled its most human properties. Those that have the least to do with measuring existence, but rather with the density of what we live.

Such a painting speaks and describes from what is not shown. Reveals by hiding. Explains by silencing. Appears from what is not evident.

Enrique Veganzones es licenciado en Bellas Artes por La Universidad Complutense de Madrid (1997) y posee el DEA en la Facultad de Filosofía de

La Universidad de Murcia (2007).

Su trabajo se centra principalmente en la pintura, y ha expuesto desde el 2001 en España y Alemania: Galería Edurne (Madrid, 2001, 2004 y 2007), Galería Art Nueve (Murcia, 2005), Fundación Las Edades del Hombre (Valladolid, 2007), Fundación Santa María de Albarracín (Teruel, 2009),

Museum of Modern Art (Hünfeld, 2009), y La Universidad Autónoma de Madrid (proyecto Homenaje a Alberti, 2017), entre otras muchas exposiciones.

Ha recibido el primer premio en los certámenes XXXVII Premio de Fuente Álamo (Murcia, 2009) y la XXVII Bienal Eusebio Sempere (Onil, Alicante, 2018),

y seleccionada en el XXIV Premio de Artes Plásticas Ciudad de Castellón (2018).

La obra de Enrique Veganzones no es evidente. Es cierto que se muestra sin ambigüedades, claramente expuesta ante el espectador, sin esconder nada. Pero, al mismo tiempo, en la exposición sincera de unos recursos plásticos limitados, del gesto controlado, de una organización compositiva en la que la retícula domina el espacio, en la misma evidencia de que lo que vemos es lo que hay, se encuentra algo más que requiere una percepción diferente.

Las pinceladas, en su repetición ordenada dentro de las celdas rectangulares, remiten a la vida que late, al pulso, la respiración. Nos movemos en unos parámetros estructurados, pero la mano no aplica siempre la misma cantidad de pintura. La mano tiembla y, en ocasiones, se equivoca. Respiramos, pero no siempre la misma cantidad de oxígeno. El corazón palpita, pero sus ritmos están determinados por las emociones, los pensamientos y nuestras limitaciones físicas. Por eso vibramos. Así vibra esta obra, en unos ritmos que escapan a la mecánica y al control.

Reflexionaba Ángel González García que “de qué podrían estar hechas las cosas, y no solo las del arte, sino de tiempo”. El tiempo se ha ido apoderando de la imagen en un lento posarse sobre el lienzo y ha destilado sus propiedades más humanas. Aquellas que menos tienen que ver con la medición de la existencia y sí más con la densidad de lo que vivimos.

Una pintura tal habla y describe desde lo que no se muestra. Revela ocultando. Explica silenciando. Manifiesta desde lo que no es evidente.

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